Mantienen viva tradición de ‘Las Mulitas’ en Edomex

Con más de 40 años dedicándose a la elaboración de mulitas, a base de hoja de maíz, Basilisa Martínez Hernández preserva esta tradición, asegurando que desde hace varios años, el gusto por estas piezas artesanales vendidas a las afueras de iglesias y parroquias se ha reducido.

En el marco de la Solemnidad de Corpus Christi, que en distintas partes de Mexico también se conoce como el Día de las Mulas, la señora Basilisa recordó cómo comenzó en la elaboración de estas pequeñas figuras, que, hasta la fecha, la siguen motivando y dando enormes satisfacciones.

“El hambre fue la que me hizo enseñarme a elaborarlas, porque yo quedé sola muy jovencita, de 20 años quedé viuda con tres hijos y, pues de una forma u otra tenía que sacarlos adelante y no tenía con quién dejarlos. Una maravillosa mujer fue la que me enseñó a hacerlas y de ahí para acá yo sigo elaborándolas”.

Basilisa, de la comunidad de Santa Cruz Atzcapotzaltongo, en Toluca, se ha destacado por su creatividad y el amor que pone en cada una de las piezas que elabora, teniendo entre sus principales materiales las hojas de maíz y papatla, u hojas de plátano, comienza todo este proceso creativo, que a su vez se mezcla con fe y esperanza.

Se suman algunos otros materiales que recoge en el monte, como son el pasto, hojas secas, tallos, entre otros.

El siguiente paso, señaló, es la pintura y su decoración, utilizando distintos colores y materiales, por ejemplo, algunas piezas pequeñas de sopa, hilos de colores, brillantina, flores de papel, entre otros, buscando que cada pieza sea única y muestre su propia belleza.

“Esta tradición la traigo desde que yo tenía 20 años, imagínese, tengo 65 años cuántos años tengo haciéndolas, 45 años, ahorita ya estoy muy enferma, pero aún así sigo trabajando”.

Para la señora Basilisa, continuar con la elaboración de estas piezas es “una maravilla”, ya que al ver las piezas al natural mágicamente sale la inspiración.

“Uno mismo va pensando, desde que empieza uno a hacerlas, desde que las ve uno dice ‘a esta la voy a adornar así y así, a ésta le voy a poner esto otro’, así se va uno inspirando, para mi ya no es ningún trabajo, ya para mi es algo que me nace”.

A pesar de que es toda una tradición, señala, el reto al que se enfrenta es que cada vez menos personas adquieren esas piezas, pues poco a poco se ha ido olvidando la conmemoración.

“El problema es que la gente ya no las compra, la tradición como les digo, para mi ya se terminó, ya no se venden, la gente ya dice ‘¿esto qué es? ¿Esto para qué sirve?’, esperemos que volvamos a rescatar nuestras tradición”.

A más de cuatro décadas de distancia, la señora Basilisa le agradece a Las Mulitas, ya que gracias a ellas pudo sacar adelante a sus hijos, dándoles estudios y llevándolos por el camino del bien, por lo que pidió a la población el mantener esta tradición.

“Cuando nos vean vendiendo mulitas que nos compren una, son precios económicos, accesibles, baratos, que todos tenemos a nuestro alcance. Invito a la gente a que sigamos rescatando nuestras tradiciones y que no se pierdan”, refirió.

Conocida como Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, esta fiesta honra a Jesucristo, presente substancialmente bajo las apariencias del pan y del vino.

“Esa Presencia ocurre gracias a un cambio que la Iglesia llama transubstanciación (cambio de sustancia), en el momento en que el sacerdote, durante la Consagración en la Misa, dice las palabras que el mismo Cristo pronunció sobre el pan y el vino: “Este es Mi Cuerpo”, “Esta es Mi Sangre”, “Hagan esto en memoria Mía”, explicó la Arquidiócesis de Toluca.

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