Este restaurante no contrata chefs

Nueva York.- Enoteca María es el primer restaurante de Nueva York donde las cocineras y sous-chefs son únicamente abuelitas que a través de sus recetas milenarias comparten historias de vida y conquistan paladares internacionales.

La creativa idea de formar un espacio donde estas mujeres pudieran expresar su amor por la cocina nació hace 11 años de la mano de Jody Scaravella, un inmigrante de origen italiano cuyo objetivo era rendirle un tributo a su «nonna» María.

«Nunca había tenido un restaurante y la verdad cuando comencé no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero siempre pensé que estas grandes matriarcas y sus legados merecían ser reconocidos», contó.

Así que con el entusiasmo de familiares y amigos más la ayuda de una cantidad de dinero heredada, Scaravella juntó a varias abuelas de distintas regiones de Italia y dio vida a su «Enoteca María».

El pequeño y acogedor lugar se encuentra en Staten Island, el condado contiguo a Manhattan al que se puede acceder por ferry de forma gratuita y cuyo viaje no demora más que 25 minutos.

Los suficientes para transportarse a un espacio que cada noche ofrece menús conceptualizados y cocinados enteramente por las distintas abuelas.

«Ellas compran los ingredientes, escogen los platillos que quieren servir y pasan más del medio día en nuestra cocina preparando sus recetas tradicionales», añadió Scaravella.

Si bien el restaurante inició solo con «nonnas» italianas, hace seis años, tanto el concepto como las abuelas se abrieron al mundo.

Ahora «Enoteca María» cuenta con cerca de 30 mujeres de distintas nacionalidades que incluyen países como Nigeria, Grecia, Siria, Venezuela y Pakistán.

Fatima, por ejemplo, es la «nonna» turca; sus hijos se enteraron del concepto del restaurante y la motivaron a unirse al staff de abuelas y compartir sus recetas.

Ella cuenta que no tiene platillos predilectos al momento de crear su menú pues cada uno de ellos los prepara con mucho amor y nostalgia por su patria.

«Es una forma de brindar un pedazo de mi país a la gente que no lo conoce y así también puedo revivir mi historia», dijo a Efe.

La acogida del público ha sido tan positiva que el restaurante recibe llamadas de Europa y Asia semanalmente, con clientes que desean hacer reservas para su estancia en Nueva York.

«La comida es un vehículo que permite revivir el pasado y los sentidos», aseguró Fatima mientras amasaba un baklava.

Y es que en la «Enoteca María» lo que sobran son las historias y los recuerdos. La «nonna» Ploumitsa de Grecia perdió a su esposo hace un año. Sus hijos le pidieron a Scaravella que la dejara cocinar como una prueba para sacarla de su depresión.

«Mientras preparaba sus recetas, sus hijos se asombraron pues no la habían visto sonreír así hasta ese entonces», recordó la italiana Michela Traeto quien también gestiona el lugar.

Ella explica, sin embargo, que muchas veces el idioma puede resultar un reto al momento de preparar las recetas. Muchas de las «nonnas» extranjeras no hablan inglés o italiano. Son sus hijos o nietos quienes sirven de traductores, pero ya al momento de prender los fogones, los ingredientes y especias hablan por sí solas.

«Todo lo que preparo con el mismo cariño como si lo hiciera para mis hijos y me gusta ver los rostros felices de los clientes» confesó una de las «nonnas» italianas, Adelina Orazzo.

Y el dueño de Enoteca María cuenta que no planea expandirse pues desde su pequeño restaurante de abuelas en Staten Island cumple su misión con el mundo.

«Muchas de estas culturas han sido demonizadas por grupos políticos y religiosos, y yo con mis abuelas puedo contar quiénes son en verdad».

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