En un mundo donde la conciencia ambiental es más que una moda, una joven estadounidense está llevando la sostenibilidad a un nivel completamente nuevo. Ivy Bloom, una adolescente con una pasión por el planeta, ha tomado medidas drásticas y un tanto inusuales para reducir su huella ecológica: ¡convirtiendo los desechos humanos de sus amigos en fertilizante para su jardín!
Imagina esto: estás en casa de Ivy, necesitas usar el baño y ella te ofrece una pala y un rollo de papel higiénico, ¿la peculiaridad? Serás conducido al jardín para tu «sesión al aire libre». Puede sonar descabellado, pero para Ivy y sus amigos, es una forma práctica y ecológica de enfrentar una necesidad básica.
Este enfoque poco convencional ha generado un revuelo en las redes sociales, donde un video de Ivy explicando su método se ha vuelto viral. En este tutorial poco ortodoxo, Ivy muestra cómo transforma las deposiciones de sus amigos en compost, que luego utiliza para nutrir su jardín.
Pero, ¿por qué optar por este método aparentemente extravagante? Según Ivy, la idea surgió después de investigar sobre los problemas de higiene asociados con el uso frecuente del baño. Al darse cuenta de que existían alternativas más ecológicas, decidió implementar esta solución creativa y práctica.
Entonces, la próxima vez que te encuentres en casa de un amigo preocupado por el medio ambiente, piénsalo dos veces antes de pedir prestado su baño. Podrías encontrarte en un viaje inesperado al jardín, ¡pero al menos estarás contribuyendo al cultivo de una causa noble: la sostenibilidad!
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