La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó la entrega de escrituras a 354 familias reubicadas tras el deslizamiento del Cerro del Chiquihuite, ocurrido en septiembre de 2021.
El acto marca la formalización de viviendas construidas en zonas seguras en Gustavo A. Madero y Tlalnepantla, y cumple con un compromiso asumido durante su gestión como jefa de Gobierno capitalina.
“Hoy inauguramos viviendas de una reubicación en zona de alto riesgo que iniciamos cuando yo era jefa de Gobierno y que ahora estamos concluyendo”, afirmó la mandataria, al destacar la coordinación con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), el Gobierno de la Ciudad de México y la alcaldía Gustavo A. Madero.
La secretaria de Sedatu, Edna Elena Vega Rangel, explicó que la reubicación ocurrió tras el derrumbe registrado el 10 de septiembre de 2021, cuando se determinó que la zona no era apta para la reconstrucción. Tras un diálogo prolongado con vecinos afectados, se definió un esquema mixto de reubicación:
Vega Rangel subrayó que el objetivo fue “garantizar vivienda digna, segura y con certeza jurídica”.
El 10 de septiembre de 2021, alrededor de las 14:30 horas, una sección completa de la ladera del cerro del Chiquihuite cedió. El estruendo se escuchó en todo el valle.
Rocas enormes se precipitaron ladera abajo y sepultaron varias viviendas en segundos.
Los primeros reportes hablaban de decenas de desaparecidos. Equipos de rescate trabajaron contrarreloj entre rocas que seguían deslizándose. La cifra oficial terminó en cuatro personas fallecidas, entre ellas 2 menores de edad. Diez más fueron reportadas como desaparecidas durante los primeros días y solo algunas pudieron ser recuperadas con vida.
Decenas familias fueron desalojadas de emergencia. La zona, según expertos en geología, había sido debilitada por las lluvias acumuladas de ese verano y por el sismo del 7 de septiembre de 2021, que provocó microfracturas que aceleraron el colapso.
Pero los vecinos ya habían advertido el peligro. Días antes del deslave, varios denunciaron que caían rocas, que la tierra vibraba, que el cerro crujía. Pese a ello, nunca hubo un operativo de evacuación ni un dictamen urgente de riesgo.
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